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viernes, 26 de septiembre de 2014

Vida Lenta

El otoño ha llegado, con él todas las rutinas, los horarios, las actividades del curso comienzan a retomarse y casi sin preguntar ni pedir permiso las prisas y los "no llegamos" entran en nuestras vidas.

Hace unos seis años, mi marido se había ido con el colegio a la semana blanca. Yo tenía que mover a una niña de algo más de tres años y a un niño de cinco para llevarles al colegio e ir a trabajar. Entraba muy pronto así que a las siete tocaba diana y ya les levantaba con el "venga vamos"… riñendo y diciendo que por favor yo no llegaba. Recuerdo aquel viernes último de la semana como si fuera hoy. De repente me vi a la puerta de su colegio de noche (ocho y cuarto de la mañana) Juan cogía de la mano a su hermana para ayudarle a subir las escaleras, ella llevaba un vestido verde y marrón de cuadros, unos leotardos que abrigaban unas piernas que casi no alcanzaban el escalón siguiente. Al terminar de subir se giraron para tirarme un beso y decirme… Mami hemos llegado a tiempo!!
Aquel viernes fui llorando en el coche a mi trabajo, yo soy bastante llorona, pero aquella sensación de "qué estoy haciendo?!" se me quedó grabada.

Hace un año leí un articulo en la revista Kireei que dio respuesta a lo que yo buscaba y que aún hoy intento conseguir… Quiero una vida lenta!!! No os penséis que quiero convertirme en tortuga, no, que va, eso me mataría. Quiero poder parar de vez en cuando y darle a cada cosa el tiempo que se merece. Poder decidir mi camino sin la presión de que hay cosas urgentes por hacer que me hacen correr de una lado a otro, metida en una vida que parece un "tetris", que me lleva a pasar por encima cosas tan importantes como la propia vida de los que están a mi lado. 

Si de algo estoy contenta es de haber caído en este abismo, darme cuenta de que vivir mi vida me estaba matando. Os puede parecer fuerte, pero es así. Se trata de re-aprender a hacer lo que te hace feliz pero dándole un matiz distinto. Ver que si dedicas cinco minutos a acariciar el pelo de tu hijo por la noche, no sólo le haces feliz, quizás comparta contigo algo bonito de su día, se duerma relajado y tú ganes cinco minutos de vida. Intentar no hacer las cosas pensando en lo siguiente que tienes que hacer, sino disfrutando lo que estas haciendo.

El corredor de montaña Kilian Jornet decía en una entrevista : "Es mejor dedicar dinero a tener tiempo, que dedicar tiempo a conseguir dinero". 

Yo a estas alturas ya he tenido que tirar del freno de mano. Empieza el curso y tras tantos años de carreras el piloto automático me salta solo. Pero sigo aprendiendo a vivir despacio y lo mejor de todo es que intento mostrar a los que me rodean que si yo vivo así, ellos se benefician y ojalá se contagien.

Para terminar os pongo una foto como ejemplo. Hace unos días, cuando el calor nos agotaba, empezábamos los duras mañanas de madrugones y parecía que costaba levantarse, me llegó un regalo. Mi suegro sale a caminar todos los días muy pronto, es una persona tranquila que sabe disfrutar de los pequeños momentos y yo le pedí que si fotografiaba algún amanecer me lo hiciera llegar. Pues bien, aquella dura mañana me levanté y vi esta maravilla en mi móvil.


Y es que… siempre sale el sol, sólo es cuestión de pararse a disfrutarlo.

Feliz y lento fin de semana, nos vemos el lunes.

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