Quien me quiera sabrá esperar…

¿Alguna vez cuando eras niño pensaste cómo serías de mayor?,

jugar a que con la ilusión del paso del tiempo,

 todo eso que no te gustaba y te rodeaba desaparecería por arte de… los años?

Sé que me fui sin avisar, no es educado desaparecer sin más,

pero con el paso de los años te das cuenta que no siempre se puede ser políticamente  correcto,

que en ocasiones hay que dar gusto al cuerpo porque  de no ser así explotas… 

En junio cumplí 40 años,

creo que han sido muchas las veces que jugaba de pequeña a imaginar cómo sería mi vida de mayor,

solía coincidir con el cambio de carnet de identidad, "cuando caduque tendré… buff qué mayor!".

El tiempo corre que vuela y en nada te ves cambiando de década y dándote cuenta de que no han cambiado tantas cosas porque algunas de las cosas que no te gustan y te producen ardor de estómago las provocas tú, bueno, las provocas o simplemente permites que pasen.

Te dejo un vídeo que este verano compartió conmigo una amiga, hacía años que no nos veíamos y tras una charla de esas que se pueden considerar como terapéutica ella me lo hizo llegar:

Sé que es largo pero hace mucho que no compartimos una reflexión de viernes y el mensaje merece la pena.

Lo que más me gusta de mi nueva década es la cantidad de herramientas que la vida me ha dado para empezar a elegir, para evitar que el volumen suba y yo sufra, para darme cuenta de que nadie más que yo decide cómo estoy en cada momento, y para pensar que si necesito parar de golpe quien me quiera sabrá esperar…

Buen fin de semana.