La semana comenzaba con lluvia. El lunes no fue un gran día aunque con ánimo le hicimos frente. Pero la tormenta quería continuar, como en una peli de miedo parecía que anunciaba un sin fin de infortunios que el martes iba dejando a nuestro alrededor…
Y llegó el miércoles, y la lluvia y el viento acompañaban la mala noticia de que uno de mis compañeros perdía a su padre, una persona mayor que había disfrutado de una larga vida… y yo no podía dejar de pensar en mi querido Paco, en su tristeza, en cómo poder acompañarle en tan difícil "misión". Fue entonces cuando pensé en la mejor de las terapias que conozco:
un abrazo.
¿Habéis pensado alguna vez en la magia de algo tan sencillo?, en el poder curativo y energético que desprende el pegarte tanto a otra persona que puedas sincronizar dos corazones…
Se me ocurren muchos abrazos con este poder:
- Los que me daba mi abuela que curaban mis heridas de guerra en la bici
- Los que me daba mi madre en cualquiera de las circunstancias, y que aún hoy en día me da cuando me despido de ella…
- Los de mis hermanas cuando volvía de campamento y tras haber descansado de mi compañía habían podido echarme un poquito de menos jjj
- Los de amor, esos que me decían que ese chico tenía que ser para mí pa siempre, que no me engañaron y que hoy en día son mi mejor refugio
- Los de mis hijos, esos que me hicieron llorar de emoción cuando por primera vez sientes el amor más puro e incondicional
- Los de la amistad, esos que curan heridas y sirven de cuna de penas…
Pues bien, yo sentía una necesidad increíble de abrazarle, quizás porque hay ocasiones en las que las palabras no salen, al menos no a mí. Y cuando lo pude hacer, comprobé una vez más que él es de esas personas que dan siempre… me dejó ver su dolor detrás de una sonrisa.
Hoy desde aquí quiero ser yo la que le arranque una sonrisa con una foto de mi hija Elena. Hace varios años de esta foto, es de cuando ella comenzaba a descubrir el mundo de la farándula guiada por las recomendaciones que él siempre nos da, llevándonos por el mundo de la ilusión, la magia y la imaginación…
Aquí la tenéis levantando su mano entre la gente deseando que la sacaran como ayudante de espectáculo, ocurría en uno de los primeros festivales del maf en Santander, recuerdo que pedían alguien fuerte para mover una escalera y allí estaba ella dispuesta a colaborar en una "misión especial"…
Pues nada más, con todo mi cariño comparto con todos vosotros la mejor de las terapias que conozco.
Pues nada más, con todo mi cariño comparto con todos vosotros la mejor de las terapias que conozco.
Y es que tras un abrazo siempre llega una sonrisa, y tras la tormenta la calma.
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