viernes, 25 de noviembre de 2016

El arte de Jugar

Soy poco dada a tirarme flores,
pero creo que si hay algo que hago bien, es jugar.
Siempre me ha gustado descubrir, enredar... los que me conocen bien lo podrán afirmar.

Hace unos días Ana de Espacio Raíces, compartía este texto que hoy os dejo:

Jugar descansa
"El cansancio nuestro de cada día no es ese buen cansancio que sobreviene después de una actividad física intensa, vitalizante aunque el músculo se canse.
Nuestro cansancio, el de habitantes de una gran urbe, está más relacionado con el agobio, el desaliento, el hastío, el aburrimiento, incluso el mal humor; y tenemos sobradas razones para sentirlo.
Nuestra vida cotidiana se construye a través de situaciones, momentos y lugares anodinos; pequeñas acciones y gestos mínimos repetidos tantas veces que pueden quedar inmersos en una monotonía insulsa y sin emociones.
Creo que lo menos "descansador" que podemos hacer es tirarnos en la cama, encender la tele y dejarnos adormecer por la inercia. Y lo que sí nos descansa, en cambio, es reciclar la sobrecarga de energía, ponerla en juego, en movimiento.
Es posible abrir nuestra percepción y sensibilidad hacia la riqueza de lo aparentemente insignificante, incluir actos creativos entre los actos más nimios, triviales y rutinarios.
La rutina nos agobia, jugar descansa.
Jugar es una actitud, es distinto de "partida" o "pasatiempo". Juego es el espíritu de exploración en libertad, hacer y ser por puro placer dice y creo que es una actitud que nos conecta con la conciencia de estar vivos.
Jugar es volver a los primeros gestos, aquellos gestos que nos descubren mundos, los mismos que han acompañado a la humanidad desde siempre: bailar, cantar, pintar, crear... y también trabajar, trabajar cantando, creando y transformando los espacios en que vivimos. (Y no estoy hablando de ese otro mandato actual: "ser creativos")
Jugar es una acción, es un movimiento: hacer lo de siempre, siempre diferente.
Es andar por la calle escuchando el cric-cric de las hojas, caminar hacia el colectivo sintiendo a nuestros pies "haciendo el andar" y dejar que el sol nos ilumine la mirada.
Es tender la ropa en ritmo de vals y cantar mientras lavamos los platos.
Es ver la casa, el barrio, el lugar de trabajo, en términos de color, luz y sombras.
Es usar nuestro celular para sacarle fotos a un graffiti o a las grietas de una pared o a ese árbol increíblemente dorado.
Es hacer dibujitos en nuestra agenda o pegarle papeles de colores o stickers.
Jugar es "jugar con": con alguien, con algo, real o imaginario; es participación activa, nos abre hacia el afuera, nos saca de nuestro pensamiento criticón, rumiante y rutinario y nos convoca a participar e integrarnos en el mundo.
Levantar el "piloto automático" nos exige un momento de decisión, un pequeño esfuerzo para poner una cuña en el engranaje cotidiano, si logramos hacerlo, es posible sentir que estamos vivos y que ninguna "crisis" puede destruir lo que realmente somos."
Susana Estela, para Revista Kiné

Me gustó leerlo porque en ocasiones siento que vivo en un mundo paralelo, desconectada de las "realidades" que ni entiendo ni quiero entender, buscando un color naranja en el amanecer, una broma que arranque una sonrisa picarona o la emoción de una carcajada tras el largo día... Y me doy cuenta que la falta de este juego y la rutina me restan energía.


Sin duda jugar es un arte y me encanta

viernes, 18 de noviembre de 2016

Date el gustazo

Supongo que todos sabemos cuales son nuestros pequeños fallos, esos que nos dan problemas y que más de una vez hemos intentado cambiar.
Supongo también que hay que ser consciente de que, lo que para uno es un fallo, para otro es un acierto, quizás el equilibrio esté en intentar que los demás no se vean afectados por ellos.

Siempre me consideré una adolescente rebelde, un alma libre que hacía lo que le apetecía y decía lo que quería sin importarle lo que los demás pensaran, porque "yo soy así".

Lo que nunca pensé, es que las palabras que tanto me repitieron mis padres, sus consejos para pensar en lo que los demás esperaban de mí, el saber estar... esa imagen de "mete-patas" que con su mejor intención habían formado en mí, estaría grabada en mi interior a fuego a pesar de mi rebeldía y saldría con los años en forma de miedos, pensar quizás demasiadas veces en lo que los demás esperan de mí más que en lo que yo necesito y en comeduras de cabeza.

Hacía mucho que no me sentía así. Atrapada en un mar de justificaciones absurdas por haber hecho algo que no tenía demasiada importancia, sólo la que yo le di, pero que torturaba mi cabeza y me llevaba a dar las explicaciones que nadie me había pedido...

Y qué pasa por no tener miedo al rechazo, que pasa por mostrar lo que sientes en un momento y pedir perdón si has hecho daño a alguien... pero un perdón que encierre un simple lo siento, sin más explicaciones porque quizás no las haya...

Belén de Benito, fotógrafa que sigo y admiro, colgó justo un video esta semana en su muro que me hizo reír mucho y pensar en lo que siempre me dice mi hermana...



¡Hija de vez cuando hay que darse el gustazo de hacer lo que el cuerpo te pide!

Pues si señor, ojalá esa adolescente saliera más veces y me recordase que de vez en cuando (permitidme la expresión) hay que "cagar a gusto", porque luego seguro que te entran unas ganas locas de bailar...

martes, 15 de noviembre de 2016

Casi es tiempo de Adviento...

Ayer, podíamos ver el nuevo anuncio de Navidad, un año más llega para tocarnos el corazón y dar el pistoletazo de salida a los preparativos que preceden a esta época tan especial.

Y como preparativo por excelencia, tenemos los calendarios de Adviento. 
Hay algunos que tengo guardados como "cosas que me encantarían hacer" desde hace tiempo ...

winterstadt

Cada año veo los calendarios de casitas y digo... ¡este año lo hago!

casafacile

Pero, luego se queda en pasión por algo que te enamora y no tienes tiempo de hacer.

maravillosa grisberenjena

Este año había pensado, ya de antemano, en algo sencillo y al mismo tiempo resultón. Pero, ayer por mañana al visitar la maravillosa página de holamama vi de nuevo un súper calendario y pensé... 

holamama

quizás la nieve te queda grande, pero...  !¿y si te lanzas a las casitas?!

Prometo contaros por cual me decido, quizás la semana que viene os muestre ideas más sencillas, por si alguno no se atreve con las casas.

Los calendarios de adviento tienen un toque mágico que no sólo deberíamos relacionar a los niños, a quién no le gustaría que le sorprendieran con pequeñas cosas durante veintiún días...

¿te animas?

viernes, 11 de noviembre de 2016

Único

Esta semana comenzaba compartiendo una reflexión en Facebook sobre nuestra forma de enfrentarnos a la vida.
Para los que no seguís esta red podéis ver el enlace aquí.

El vídeo de Jano Galán me encantó, ser extraordinarios debería ser nuestra prioridad. Entonces recordé un texto de Laura Escanes que decidí guardar y hoy comparto con vosotros: 

"Conoces las zapatillas que llevas puestas, no es la primera vez que te las pones. Ni la segunda. Y por eso al llegar a casa te las quitarás con la ayuda del otro pie, sin ni siquiera preocuparte por si se están ensuciando. Pero si fuera la primera vez que te las pones, te las quitarías delicadamente. Sólo si fuera la primera vez. Ahora no. Ahora llegas a casa después de un día agotador y tiras el bolso y el móvil en la cama, pero si fuera nuevo lo dejarías en la mesa y hasta tendrías miedo de que se rayara.
Y lo mismo pasa con las personas, con tu pareja, con tu familia. Sabemos que están allí, y dejamos de mirarlos como la primera vez. Han pasado a la historia las miradas del primer encuentro, y tener que pensar la frase perfecta antes de decirla. Hemos dejado de conquistar día a día. Porque ya no es nuevo. Porque se consume.
Consumimos objetos, ropa, viajes, espectáculos, experiencias y hasta consumimos personas. Y con las personas el amor. Y el amor no debe consumirse. Porque si fuera la primera vez que llamaras a alguien, no te quedarías callado al otro lado del teléfono, le preguntarías hasta el más mínimo detalle: hasta la ropa que lleva puesta. Si fuera la primera vez que vieras a esa persona, te hubieras fijado en el color de sus uñas, en el color de los calcetines y el perfume que llevara se te hubiera quedado grabado para recordarlo cuando os despidierais. Si fuera la primera vez que viajas, te acordarías del número de asiento donde estás sentado, de la música que sonaba cuando despegabas y hasta del nombre de la azafata. Si fuera la primera vez que duermes junto a alguien, habrías cambiado las sábanas, perfumado la habitación y no os habríais dejado de abrazar en toda la noche.
Y lo mismo pasa con las últimas veces. Lo que pasa es que no sabemos cuándo será la última vez que vayamos a ver a alguien, o que vayamos a usar algo. Y continuamos actuando como si no pasara nada. Pero si fuera la última vez, ¿cuántas cosas cambiarías? Si fuera la última vez que vieras a tu hermano seguramente le darías tantos consejos como abrazos pudieras. Si fuera la última vez que pudieras escribir, dejarías una carta despidiéndote y agradeciendo a quien lo mereciera. Si fuera la última vez que vas a dormir, no dormirías. ¿Dónde irías si fuera la última vez que viajaras? ¿Lo has pensado? Pues ese destino que tienes en mente, es el que tienes que hacer. Esos consejos y abrazos que le darías a tu hermano, dáselos cada día. Y no esperes al último día para agradecerle algo a alguien. Los últimos días nunca están señalados en el calendario.
Pero yo te juro, que si fuera la última vez que te viera, te diría lo mismo que te digo cada día. Porque para mí, eres algo nuevo cada día."

Ojalá fuésemos capaces de sorprendernos cada día con las cosas cotidianas,  de cuidar a los que nos rodean con el cariño que les daríamos si supiésemos que mañana ya no iban a estar, o con la delicadeza de la primera vez que hicieron latir más fuerte a nuestro corazón.



Cuadro de Rocio Magarzo
El mundo está cada vez más loco, así me lo parece a mí. Pero pase lo que pase no dejes de agradecer, compartir, disfrutar, descubrir, amar... en definitiva de vivir cada instante como
único.

martes, 8 de noviembre de 2016

Market Santander pierde la cobertura...

Para los que aún no lo conocéis, Market Santander es un mercado "diferente" donde jóvenes creadores unen su trabajo, ilusión y creación, para ofrecerse dentro del espacio Escenario Santander como una alternativa a lo ya conocido.

Vinilos, moda, bisutería, música, objetos retro/vintage,ilustradores, fotografía, diseñadores, antigüedades, muebles, hand-made, maquillaje... 

Nació en diciembre de 2012, desde entonces, son muchísimas las personas que el segundo domingo de cada mes se acercan al Parque de las Llamas a disfrutar del mercado underground de la ciudad. Un market para toda la familia, repleto de stands y actividades.

En esta ocasión, el próximo domingo día 13, tengo la suerte de poder participar en su nueva edición. 


Estaré de cuatro a seis impartiendo un taller de tarjetas navideñas. 


Dos horas para desconectar y disfrutar.


Si estás interesado sólo tienes que escribir a escenariomarket@gmail.com



El taller tiene un importe de quince euros con materiales incluidos.


Así que ya sabes, durante dos horas Market Santander pierde la cobertura este domingo...
si tú quieres perderla también,
¡te estaré esperando!