viernes, 20 de noviembre de 2015

Estamos a tiempo.

Aún recuerdo perfectamente el 11 de septiembre de 2001, lo que hacía justo antes de que me quedase paralizada delante del televisor toda una tarde.

El 11 de Marzo de de 2004 me despertaba como cada día con las noticias en la radio, recuerdo que no quería ir a trabajar, sólo pensaba en escuchar qué era lo que había pasado… y de nuevo me paralicé.

El siete de julio de 2005 en Londres… 

El viernes pasado me disponía a acostarme pronto para madrugar al día siguiente cuando una amiga me mandó un mensaje, ¿has visto lo de Paris?, me enganché al canal 24h…

Estos son acontecimientos "brutales" que sentimos como más cercanos y por este motivo, de forma egoísta y casi me atrevería a calificar de vomitiva nos sentimos más vulnerables. Pero el horror, la locura y la falta de escrúpulos son el pan nuestro de cada día en muchos lugares. La violencia a mayor o menor escala convive con nosotros, aunque la mayoría de las veces "miremos a otro lado" porque nos parece que no va con nosotros.

En qué mundo vivimos, qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos…

En estos días todos nos hemos enfrentado a preguntas de difícil repuesta. El miedo no es buen aliado y en este mundo digital es peligroso recibir tanta información sin saber "escuchar".

Hoy una compañera escribía en facebook algo que me gustó: "Esta mañana he visto un brillo oscuro en sus ojos. Adolescentes asustados y confundidos. Rechazan la violencia pero justifican el ojo por ojo… miran con  recelo al compañero de distinto color de piel, vecino de pupitre. Se regodean en los detalles morbosos compartiendo en redes sociales. Nos queda un gran trabajo por delante, esta no puede ser la generación del miedo, del odio. Estamos a tiempo". 

Pues me voy a quedar con eso, si señor. Quiero pensar que aunque en ocasiones la realidad nos supere, podemos seguir aportando nuestro pequeño granito de arena para intentar seguir sembrando educación, paz, respeto, amor, esperanza….


Estamos a tiempo.

Gracias Nuria por servirme de inspiración.

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