viernes, 16 de diciembre de 2016

No puede haber tanta mierda en el mundo

Tenía una entrada preparada sobre otro tema... 
pero entonces vi el vídeo.

Es difícil explicar algunos sentimientos. Mis preocupaciones absurdas de estos días no se alejan del cansancio que me produce que mi marido esté más ocupado de la cuenta y eso me haga sentir soledad; de lo que voy a cocinar en Noche Buena en casa de mis padres intentando agradar a mi madre y discutir lo justo; de entender a mi hijo pre-adolescente o de que me de tiempo a hacer galletas y felicitaciones para aquellos a quienes quiero.

Parece increíble que perdamos el tiempo en pensar si nuestros hijos hacen demasiados deberes, los profesores tenemos demasiadas vacaciones, el texto que me han enviado no usa el género femenino y por ello tiene connotaciones machistas o necesitamos cambiar el nombre de las calles porque recuerdan hechos horribles...

¿Y los hechos que suceden ahora?.
Me da miedo pensar que juegan con la información que nos hacen llegar, que no sabemos toda la verdad y recibimos lo que quieren que veamos. Pero me da más miedo ver cómo gente denuncia el temor por su vida, asume que la vida es así y le ha tocado morir, mientras desea que puedas hacer algo por ellos... por su gente.

Es entonces cuando te paralizas.
Cuando piensas que no puede haber tanta mierda en el mundo.

No voy a revisar lo que he escrito, no me apetece.
Supongo que esto es una reflexión sin más, como las que hicimos cuando el niño muerto en la orilla o cualquier otra barbarie de las que vemos y parece no cambian nada, quizás sólo intentar sentirse mejor... es entonces cuando te sientes parte de la mierda... 

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